Somos conscientes de que la celebración de grandes eventos musicales puede tener un impacto sobre el entorno, y desde el Cruïlla llevamos años trabajando para reducirlo a la mínima expresión.

Te contamos todas las acciones que hemos llevado a cabo este año para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mejorar la relación del Cruïlla con Barcelona y el planeta con el apoyo de Endesa.

En nuestro entorno inmediato

El 95% de nuestro público es local y la mayoría de asistentes se desplazan caminando o en transporte público. En este sentido, hemos trabajado con Renfe y Moventis para crear vías de acceso al festival y minimizar la contaminación en los desplazamientos de los asistentes, el personal contratado y los artistas.

Este año también hemos ofrecido un parking gratuito impulsado por Endesa con 50 plazas diarias para coches 0 emisiones, tanto eléctricos como híbridos enchufables. Para acceder a él hizo falta que reservar plaza en este enlace y presentar el distintivo ambiental de 0 emisiones. 

Además, limitamos el aforo del Parc del Fòrum a un máximo de 25.000 asistentes diarios para reducir la presión en el barrio y promovimos la sensibilización ambiental dentro del recinto del festival con tal de concienciar al público asistente sobre la emergencia climática y las acciones individuales y colectivas que podemos llevar a cabo para frenarla.

Cuidamos a los artistas de casa, que programamos en el festival y en las salas durante todo el año. En todas las áreas del festival trabajamos con proveedores locales y productos de proximidad con el objetivo de generar impactos ambientales positivos e involucrarlos en el desarrollo de nuestro plan de sostenibilidad.

 

Minimizamos el impacto directo

En el Cruïlla trabajamos intensamente en el reto que tenemos los grandes festivales de convertirnos en un evento más sostenible. En esta edición hemos trabajado para reducir el uso de generadores que usan combustibles fósiles conectándonos a la red eléctrica siempre que sea posible con tal de augmentar el consumo de una energía más verde, eficiente y ecológica. 

Este año hemos evolucionado de un festival 0 plástico a un festival 0 residuos. No solo estimulamos el reciclaje de materiales para reducir el impacto ambiental asociado a su consumo, sino que impulsamos el uso de vasos reutilizables y retornables. Estos vasos, hechos de polipropileno, fueron lavados y podrán usarse unas 150 veces y en muchos otros festivales, ya que no incluyen el logotipo del Cruïlla. 

En el camino hacia una reducción total de residuos, también ofrecimos fuentes de agua gratuita repartidas por todo el recinto y cantimploras de aluminio reciclado para staff y artistas. Por lo que respecta a la venta de merchandising físico, este año hemos apostado por reducir excedentes y montamos un sistema de estampación in situ ofreciendo la posibilidad de que el público pueda traer ropa de casa y estamparla con el diseño que escojan con tal de no usar nuevas piezas de ropa. 

Con el objetivo de proteger a los asistentes, sobretodo a los más pequeños, de la contaminación acústica y preservar su salud auditiva, ofrecimos cascos protectores para todo el mundo que lo necesite. 

 

La mirada puesta en el futuro

En esta edición del Cruïlla, junto con Endesa, hicimos un estudio del impacto de la huella de carbono midiendo las emisiones CO2 generadas en el festival, así como diferentes campañas de concienciación del público y compensación de las emisiones, con tal de poder aplicar los resultados y aprendizajes que obtengamos en próximas ediciones.

Además, también estudiamos el flujo de residuos, acompañados por la Agencia de Residuos de Cataluña, y los retos que tienen que afrontar todos aquellos eventos que pretendan dar respuesta a las cada vez más generalizadas inquietudes del público sobre su viabilidad ecológica. Todo ello, con el objetivo de desarrollar y validar un plan de sostenibilidad específico para grandes eventos de música en vivo. 

Un año más, realizamos el Sustainable Festival Challenge, un proyecto de innovación que tiene como objetivo encontrar e impulsar startups que trabajen para solucionar problemas mediambientales relacionados con la celebración de grandes eventos. Este año este reto, fruto de la colaboración entre Damm, Festival Cruïlla, la Agencia de Residuos de Cataluña, la Fundación Ship2B y la Fundación Barcelona Music Lab, se centra en la gestión de residuos.

 


La sostenibilidad no es una moda, es el único camino. Y, en nuestro caso, es un firme compromiso.

Creemos que los grandes eventos deben tender hacia el modelo Cruïlla. Un modelo de festivales de tamaño medio, dirigidos al público local, comprometidos con el territorio, los ciudadanos y el medio ambiente.